martes, 4 de marzo de 2014

Oscars 2014 (grandes momentos)

¿Qué diferencia a una gala de los Oscars de cualquier otra gala? ¿Qué es lo que hace que sea entretenida y diferente?
Desde mi punto de vista hay cuatro factores que convirtieron la gala del domingo en única. Cuatro puntos diferentes que transforman una sencilla entrega de premios es un programa que todos tienen ganas de ver.

Punto número 1: El glamour

Una gala de los Oscars derrocha elegancia por los cuatro costados. Las estrellas más cotizadas a nivel mundial se encuentran allí. Directores, actores, productores, músicos, guionistas... las celebridades que todo el mundo quiere ver se dan cita en la ceremonia. Por supuesto, todos compiten por destacar, vestidos con grandes diseños y peinados a la última moda, convierten la entrada a la entrega de premios en una verdadera pasarela de moda que trae locos a los medios de todo el mundo.
¿A quién no le gusta ver a Branjelina o a Robert deNiro posando ante cientos de cámaras?


Punto número 2: La calidad de las actuaciones

Durante la ceremonia de los Oscars, como ya sabéis, se interpretan todas las canciones que han sido nominadas para llevarse la estatuilla. En esta gala, celebridades como U2 o Pharrell Williams, llenaron el teatro con actuaciones en directo que pusieron los pelos de punta.
Si además de esto, los invitados a la gala participan en las performances como fue el caso de Lupita Nyong'o, Meryl Streep o Amy Adams, que durante la actuación de Williams se levantaron a bailar con él (la gente desde casa solo piensa en lo enrolladas que son esas actrices a las que tanto admiran).


Además, en homenaje a El mago de Oz que cumplía 75 años, Pink subió al escenario para cantar Somewhere over the rainbow, llenando sólo con su voz todo el escenario. Obviamente para que este fuese aún más emotivo, los organizadores no dudaron en invitar a Liza Minelli (hija de la protagonista de la cinta, Judy Garland).



Punto número 3: Allí todo el mundo se presta.

Brad Pitt, Julia Roberts, Angelina Jolie, Meryl Streep, Kevin Spacey... no dudaron ni un segundo en levantarse para aparecer en el selfie que se ha convertido en el tweet más retwitteado de la historia. 


Ver cómo Brad Pitt reparte platos de plástico entre los invitados y cómo Julia Roberts devora un trozo de pizza, no tiene precio. Pero si además, entre todos ponen bote para pagar al pizzero (un trabajador de la pizzería, no un actor), se consigue que el público en su casa no sólo no pare de reír si no que admire aún más si cabe a esas estrellas que comen y se comportan con ellos.



Punto número 4: creación de un buen espectáculo.

Para terminar, vamos a ver porqué Ellen DeGeneres consigue meterse en el bolsillo al espectador. Sin duda, el espectáculo que estamos viendo está medido, ensayado y probado. Una persona como DeGeneres, descarada, atrevida, sin miedo a reírse de si misma y de cualquier persona del resto de la sala, hace que nos olvidemos de que no hay nadie más sobre el escenario. Hace uso de las redes sociales y de la actualidad, sin convertir la gala en una plataforma política ni un chiste de mal gusto. 
Al espectador le puede gustar o no el humor sarcástico de la conductora pero aún así, termina la gala con la satisfacción de haber visto algo bien hecho (quizás en este caso pecando de demasiada sencillez).












1 comentario:

  1. Yo creo que la clave esta en que los Oscar se vende como industria y los Goya se siguen vendiendo una y otra vez como cultura. La ceremonia de los Goya no esta hecha para el publico, esta hecha para la propia gente del cine. Todos hacen grandes discursos sobre politica, sobre como deben los presupuestos de cultura, sobre que si la pirateria y se olvidan de que en el fondo la gente en sus casas solo quiere ver cosas como a sus actores favoritos comiendo pizza.

    Yo desde luego no me pierdo los Oscar mientras que los Goya los suelo ver a trozos si no hay algo mejor en la tele.

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