domingo, 23 de octubre de 2011

VIEJOS CORTOS, NUEVAS ESPERANZAS...

Si bien es cierto que no se debe vivir del pasado, siempre es bueno volver la vista atrás para recordar lo que ya se hizo, a veces para aprender de nuestros errores y a veces para apoyarnos en nuestros aciertos. 
Sin embargo, hoy no voy a echar la la mirada al pasado para dar o recibir ninguna lección si no para comenzar con las cosas viejas que ya se hicieron una vez. Voy a recordar proyectos terminados para empezar la andadura de este blog con buen pie, e aquí el corto que más satisfacciones nos ha dado, tanto a mí como a mi colegas.

El proyecto de "Uno de esos días de playa" empezó casi sin querer. Después de haber participado en dos ediciones de las 36 Horas de Supervivencia Fílmica (36HSF), organizadas por cinemavip, estábamos deseando volver a la carga en uno de esos festivales a los que ya nos habíamos hecho adictos (http://www.festivales.com/ver/festival/supervivencia-filmica). Al enterarnos de que la celebración del siguiente sería la ciudad de San Sebastian pensamos en tirar la toalla directamente. Nuestro presupuesto se quedaba muy corto si quiera para planteárnoslo. Sin embargo el gusanillo de rodar en la ciudad más cinematográfica de España ya nos había picado y no íbamos a dejar pasar la oportunidad.
Ajustándonos al milímetro a ese limitado presupuesto del que disponíamos, diseñamos un proyecto basado en el poder del guión, una historia divertida que no precisara de grandes desembolsos en iluminación u otros aparatos. Sólo una cámara y el sol.
Ya teníamos esa "idea original" de la que ya hablaba en el anterior post. 
Ricky, guionista y co-director del corto se hallaba ahora ante el ordenador desarrollando la "idea". Para darle un extra al trabajo, se encontró que no sólo tendría que enfrentarse a las páginas en blanco de la pantalla, su abuelo acababa de romperse la cadera y tendría que encargarse de todo esto en el hospital. Tras varias semanas de escritura y revisión, el guión estaba ante mi, yo me encargaría de la producción.
Con los actores principales ya seleccionados y la mayor parte del trabajo realizado buscábamos un niño donostiarra que realizase el papel de hijo de la familia protagonista. Parecía imposible llegar hasta el muchacho, las llamadas, los emails y el boca a boca al final dieron su fruto y Tomás apareció para salvarnos.
Ultimamos los detalles finales y cogimos los coches... San Sebastian aparecía ante nosotros.
[continuará]

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